CENTRO CULTURAL SAN FRANCISCO SOLANO
CENTRO CULTURAL SAN FRANCISCO SOLANO. Covid-19: la ciencia como estrategia de control social
covid 19
Covid-19: la ciencia como estrategia de control social (*)
 12.09.2021

¿Cómo se explica que una sociedad acepte eliminar una parte de sí misma, ser parte de un genocidio? (Recordemos que, en griego, genos significa "grupo de características genéticas comunes", y cidio, del latín, "aniquilamiento"). Daniel Feierstein en su investigación sobre el exterminio judío (aniquilamiento de una raza), y la dictadura argentina (aniquilamiento de un tipo de relaciones sociales), responde aportando el concepto de prácticas sociales genocidas. Con ellas describe procesos y formas de relación que la sociedad no advierte, pero preparan, ejecutan y justifican simbólicamente dichas tragedias. Cuando quienes dominan negativizan, aíslan o debilitan ciertos grupos sociales a través de dispositivos aceptados sin suficientes fundamentos.
Todo ocurre como si, quienes desde los inicios venimos cuestionando científicamente las decisiones adoptadas ante la pandemia, somos blanco de prácticas que pretenden eliminar las diferencias.  Las autoridades nacionales, provinciales y locales han intentado imponer a la población protocolos, renunciando a la evidencia y apelando a un condicionamiento mental que fomenta el miedo, las delaciones y los castigos. Así se conformó una opinión pública mayoritaria que considera como única posibilidad y salida de la pandemia, entre otras cosas, la reclusión de los individuos sanos y el uso de máscaras faciales inadecuadas para las virosis.
A partir de la insistencia en restricciones -que no son siquiera respetadas por quienes las han dictado- que se desmienten diariamente, se ha ido generando un clima social de desconfianza donde muchos las desobedecen. Como trágica consecuencia de esto han aparecido algunos gobernantes que, como expresión de debilidad, apelan a métodos coercitivos para violar normas constitucionales. Ya no solo se transgrede el derecho humano esencial a negarse a determinadas intervenciones sanitarias, sino que ahora también se violenta el derecho a circular, a trabajar y a percibir el salario correspondiente.
Se llega al absurdo de magistrados que impiden el ingreso de sus empleados a los lugares de trabajo, aun a aquellos que asistieron durante toda la pandemia cuidándose y cuidando a los demás según los protocolos vigentes. Al mismo tiempo y, como única alternativa, deben presentar cada tres días y solventar a su costo personal el resultado de PCR (una prueba de detección, no de diagnóstico, sin validez predictiva de enfermedad o contagiosidad ni para las autoridades sanitarias).  El fundamento no probado es que aquellos que no acatan las restricciones pueden ser un peligro y contagiar a los demás.
La mayoría de las autoridades nacionales, sean gobernantes o referentes políticos, intelectuales, empresarios, periodistas, sindicalistas o líderes religiosos, parecen haberse aliado por acción u omisión, para defender sin cuestionar un pensamiento único sobre cómo proteger y resguardarnos. En lugar de procurar racionalidad dialógica, abierta y plural -como suele declamarse- se oponen de forma monológica a las posibilidades de expresión de quienes tenemos sólidos fundamentos diferentes.
Todo científico honesto rechazaría la existencia de una única versión o verdad científica, especialmente en temas de salud integral. Defendería, en permuta, la importancia de un espíritu crítico respecto a la hipótesis y diversos desarrollos sujetos a constataciones y discusiones en un plano de intercambios horizontales.
Eventualmente, eso se nos ha vedado en esta pandemia a quienes contamos con amplia experiencia médica y epidemiológica- pero nos oponemos a ciertas prácticas sanitarias.
La ley vigente define como discriminatorio todo acto que impida, restrinja, obstruya o menoscabe el pleno ejercicio de los derechos y garantías constitucionales en función de diferencias personales o sociales.  La discriminación alude al acto de ordenar y clasificar, formar grupos de personas a partir de criterios o distinciones arbitrarias. "La igualdad de ejercicio de derechos supone el reconocimiento de diferencias entre personas y el hecho de que estas diferencias no pueden ser utilizadas para la imposición de un grupo sobre otro".   
Quienes cuestionamos muchas de las disposiciones impuestas, no negamos la enfermedad, su gravedad y consecuencias. Esta posición la forjamos en fundadas diferencias científicas sobre procesos de salud, enfermedad y cuidados personales y sociales. Estamos presentes en todo el mundo como integrantes de diversos grupos de especialistas en distintos campos de la ciencia. Nos une el intentar ser sujetos cognitivos concebidos como éticos, con independencia de intereses económicos y sectoriales. 
Desde el inicio de esta pandemia venimos trabajando solidaria y responsablemente con pedestal en nuestras prácticas o compartiendo información y aprendizajes. Lo hacemos por medio de nuestro compromiso con actividades de docencia, investigación y asistencia a miles de personas a través de diversas prácticas preventivas, de registro y seguimiento clínico en diagnósticos, tratamientos y cuidados tempranos de diferentes patologías, no solo relacionadas al covid. Ofrecemos asesoramiento respetando la voluntad de cada uno. Y podemos demostrar evidencias de mejores resultados con menores riesgos o efectos colaterales que aquellos que se divulgan como consecuencia de las medidas impuestas. Esto es, menor proporción de internaciones y fallecimientos por covid, y no haber dejado de diagnosticar y gestionar otras patologías ni haber provocado aislamientos innecesarios, entre otros factores.
Todo etnocentrismo que limita a las personas condiciones necesarias para hacer valorar libre e igualitariamente sus propuestas y entablar un diálogo simétrico entre las posiciones de poder, se sustenta en que, quienes deciden, subordinan o rebajan aquello que es diferente a lo propio.  Esto explica, entre otras cosas, la discriminación de los derechos de la mujer, de los niños, de los pueblos originarios o de las diferentes orientaciones sexuales o de quienes aportan visiones sólidas diferentes a las hegemónicas.
En la situación que nos ocupa, se trata de la subordinación de un espécimen de conocimiento y modos de enfrentar los procesos de salud. Sin permitir un debate previo, se "presuponen" como superiores aquellos que defienden los sectores de gobierno.
Cuando es la ciencia la que establece un patrón de normalidad -es decir, qué es lo que vale y qué no- fundado en la importancia de la preservación de la sociedad y de las nuevas generaciones; cuando operan discriminaciones por tipos de conocimientos, se establece una peligrosa alianza entre ciencia y política que se llama eugenesia.
La eugenesia -o "ciencia del cultivo de la raza o de la hereditariedad humana"- , ha sido un insumo fundamental al momento de procurar la legitimación científica de las exclusiones ideológicas. "Da cuenta del uso de la ciencia para justificar estrategias de control social diseñadas desde el poder, y permite construir una cultura fascista al proyectarse en regímenes que sobrevaloran mecanismos que aseguran una homogeneidad social".
Si los dirigentes de todas las instituciones sociales no advierten el avance que significan estas prácticas sociales que aniquilan las diferencias, y obran en consecuencia afianzando sus mecanismos genuinamente democráticos para corregirlas, sólo persistirá la memoria colectiva tanto de responsables como víctimas.
Firman:
Lic. Alicia Torres Secchi
Lic. en Psicología
Magister en Políticas Sociales
Dr. Tomás Torres Aliaga
Médico sanitarista
Dr. Mario Borini
Epidemiólogo
Prof. Titular Salud Pública. UBA
Dr. Edgardo Schinder
Médico
Infectólogo y epidemiólogo
Magister en Salud Pública Internacional
Dr. Ramiro Salazar
Médico Epidemiólogo
Dra. Mariana Salmerón
Bioquímica Microbióloga
Dr. Eduardo Yahbes
Médico clínico y pediatra
Profesor extraordinario de Medicina Homeopática
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(*)Reflexiones a continuación del Dr. Osvaldo Buscaya.

a) {¿Cómo se explica que una sociedad acepte eliminar una parte de sí misma, ser parte de un genocidio? (Recordemos que, en griego, genos significa "grupo de características genéticas comunes", y cidio, del latín, "aniquilamiento"). Daniel Feierstein en su investigación sobre el exterminio judío (aniquilamiento de una raza), y la dictadura argentina (aniquilamiento de un tipo de relaciones sociales), responde aportando el concepto de prácticas sociales genocidas. Con ellas describe procesos y formas de relación que la sociedad no advierte, pero preparan, ejecutan y justifican simbólicamente dichas tragedias. Cuando quienes dominan negativizan, aíslan o debilitan ciertos grupos sociales a través de dispositivos aceptados sin suficientes fundamentos.}

Pues, las clases políticas/seudocientíficas, unos vividores, inventan y fomentan ideologías populistas, que no sienten para manipular a los especímenes/esclavos/zombies y mientras estos esperan de las clases políticas/seudocientíficas el altruismo, su único objetivo es el beneficio propio. Las clases políticas/seudocientíficas, intrínsecamente poseen una doble moral, es decir tienen dos caras y para aglutinar a la masa de los especímenes/esclavos/zombies crean enemigos, fomentan odios, mienten y hacen cualquier acto populista, que tanto gusta a los especímenes/esclavos/zombies para ser elegidos. El siniestro poder mundial globalizado no responde a ninguna ideología, destruyéndonos con sus atropellos y abusos que no pueden ser castigados al tener el control y creación de las leyes internacionales. Hoy, las decisiones de las naciones las toman ellos como impulsores y creadores del siniestro adoctrinamiento subliminal por medio de marketing, estados y medios de comunicación.

b) {A partir de la insistencia en restricciones -que no son siquiera respetadas por quienes las han dictado- que se desmienten diariamente, se ha ido generando un clima social de desconfianza donde muchos las desobedecen. Como trágica consecuencia de esto han aparecido algunos gobernantes que, como expresión de debilidad, apelan a métodos coercitivos para violar normas constitucionales. Ya no solo se transgrede el derecho humano esencial a negarse a determinadas intervenciones sanitarias, sino que ahora también se violenta el derecho a circular, a trabajar y a percibir el salario correspondiente.}

Pues, la "aplicación" del siniestro poder mundial globalizado, utiliza el espectro caduco de lo biológico, dónde la confusión y desconocimiento de los "asesores científicos" y su carencia de preparación intelectual atascados en la medicina clásica, es una excelente manipulación, para éste "juego" de confinamiento, cercenamiento de la libertad, reglas de protección, barbijos inútiles y peligrosos “suministrándoles”, el propio poder mundial globalizado, reglas y orden de testeos a costo de la población (otro de los “negocios”), hisopados, elementos experimentales denominados vacunas, etc., con el falso discurso del elemento denominado coronavirus.

La civilización es una absoluta estupidez

Pues, en nuestros orígenes los lideres de la horda primitiva adaptaban su instinto de placer sobre sus integrantes y, hoy, el liderazgo de la horda planetaria satisface su sádico placer, mediante el falso discurso de lo denominado coronavirus, sobre nosotros, con una eficiente destrucción económica social total, confinamiento, terror total, destrucción educativa, etc.

Aspectos esenciales e inéditos del Siglo XXI *La mundial analogía virósica, **Ciencia especial cuya realización esta desplazada en el futuro

Osvaldo V. Buscaya (OBya)

Psicoanalítico (Freud)

13 de septiembre de 2021

Buenos Aires

Argentina